La acción transcurre en una Galicia rural, en torno a las ferias, con trajinantes y mendigos. Es una Galicia pesimista, pobre, sin esperanza, en la que sus habitantes se pelean por hacerse con la riqueza del otro.
En esta imagen observamos Puebla del Caramiñal, que en la obra aparece con otro topónimo ficticio: Viana del Prior. Aquí es donde Mari Gaila va por las ferias, paseando a Laureaniño el Idiota, y gana dinero.
Otro escenario de la obra es Gondar, por dónde también pasa Mari Gaila y de dónde es: El ciego de Gondar.
En mi opinión, Divinas palabras es un ejemplo de obra de teatro del siglo XX español que merece la pena leer, ya que nos enseña una parte de ese famoso esperpento del que tanto hemos hablado en este blog. Sin embargo, considero que desde un punto de vista actual, es más difícil de entender ese "tremendismo" y esa "distorsión de la realidad", no porque sea complejo, sino porque ahora ya no nos sorprende tanto todo lo que pasa en la obra, no nos parece tan increíble ni que se encuentre tan lejano a nuestra realidad. Además, el final del libro en el que Pedro Gailo perdona a su mujer adúltera, nos hace pensar que dentro de esa maldad y retorcimiento de los personajes, siempre hay alguien bueno que perdona a pesar de que su honra esté herida.
Espero que los que leáis este blog disfrutéis con esta obra como he hecho yo elaborándolo, y que podáis aprender e interesaros por el teatro español.
Divinas palabras fue una obra que los lectores advirtieron como el principio del esperpento, que se vería más claro después en Luces de Bohemia. "Obra pasional, violenta y fuerte", en palabras de Haro Tecglen, que Pérez Minik amplió diciendo que "es difícil encontrar en todo el teatro europeo de todos los tiempos una obra más negra y atrevida. Tiene algo de romance de ciego, mucho también de juego espectacular de escarnio, y está como instrumentada con música de feria, con su tambor, platillos y cornetín de pistón...Danza de muerte, danza de lujuria y de avaricia, danza de lo irracional en la médula de la humanidad y de su historia".
Tuvo mucho éxito y rápidamente se llevó al teatro, a la ópera y posteriormente al cine. Muchos coinciden en que la película protagonizada por Ana Belén (Mari Gaila) e Imanol Arias (Séptimo Miau) no refleja lo que en el libro resulta importante, y a pesar de que ha recibido Goyas, no se considera una buena adaptación del libro.
A continucación, os ofrezco un
enlace , donde he recogido diferentes páginas web sobre Valle y Divinas palabras, también con algunas opiniones críticas sobre la obra.
A principios del siglo XX el teatro
español continúa estancado en fórmulas decimonónicas, ignorando la renovación emprendida en otros
países europeos por directores y dramaturgos como Stanislavski,Gordon
Craig, Antoine, Chejov o Pirandello. Sigue siendo un teatro destinado a la
burguesía, ofrecido por compañías de grandes actores y actrices que complacen
las exigencias de este público.
Las grandes tendencias del primer
tercio del siglo son el teatro poético, el drama burgués, el social, las
modalidades cómicas y el teatro de experimentación y vanguardia. De todas estas
corrientes, la más importante para la evolución de la historia del teatro del
siglo XX son los intentos innovadores de un grupo de dramaturgos. Por este
camino, encontramos a grandes nombres de otros géneros literarios como Azorín o
Miguel de Unamuno, pero los autores que consiguen excelentes resultados en este
tipo de teatro son Valle- Inclán y Federico García Lorca, cuyas lecciones
todavía están siendo asimiladas, y que representan las mejores obras del teatro
contemporáneo español. Valle crea una nueva manera de hacer teatro y de ver la
realidad, el esperpento. Es como una adaptación de las vanguardias, a la literatura. Para el autor la sociedad
está deformada y la única manera de recuperar su forma original es reflejarla
en un espejo cóncavo. Su finalidad es desenmascarar la realidad, mostrándola
distorsionada para poder iniciar así una renovación que le devuelva la forma
original. Como afirmó el propio autor
en Luces de Bohemia, “el sentido trágico de la vida
española sólo puede ofrecerse con una estética sistemáticamente deformada”.
Esta técnica se empleó también en la trilogía Martes de Carnaval y tiene sus
precedentesen Quevedo y Francisco de Goya.
En este estilo el autor mira el mundo desde un plano superior, y considera a
los personajes de la trama como seres inferiores al autor, con un punto de
ironía.
Los personajes tienen un trasfondo simbólico, a veces
reflejado en la onomástica. En Divinas palabras, Pedro del Reino parece
significar la Iglesia y la moral tradicional, que aparecen ridiculizadas en la
actitud de obsesión autoritaria, de falsa cultura religiosa, del
sacristán-fantoche, feo y enclenque en contraste con el impulso vital
simbolizado en Mari-Gaila. Por otra parte, el papel que juega el Séptimo Miau, tiene muchos rasgos
satánicos como lascivia, presunción, soberbia, envidia, avaricia etc. Actúa en
su propio beneficio, y hace cualquier cosa por conseguir lo que se propone,
aunque eso conlleve el sufrimiento ageno. Esta relación con la literatura
satánica se establece claramente en las conversaciones con el sacristán, en
concreto en el tema del “querer saber”-conocimiento del presente, pasado y del
futuro-, que el demonio no pudo lograr, simbolizando en el ojo tapado de
Séptimo y en los animales que le acompañan, (como la cabra) amaestrados para adivinar el
porvenir. Mari-Gaila se ve atraída por esta tentación, por el demonio, que la
convierte en una mujer adúltera, que la obliga a pecar.
EnHistoria de España, se conoce como laRestauración borbónica a la
etapa política desarrollada bajosistema monárquicoque se extendió entre finales de1874(momento del pronunciamiento del generalArsenio Martínez Camposque dio fin al periodo de laPrimera República Española) y el14 de abrilde1931(fecha de proclamación de laSegunda República). El nombre alude a larecuperación del
trono por parte de un miembro de laCasa de Borbón,Alfonso XII, después del
paréntesis delSexenio Democrático.
Rey Alfonso XII
Tras la
pérdida de las colonias, en España se producen movimientos que tratan de
superar una crisis que es también de identidad. Surge lo que se ha denominado regeneracionismo, esto es, un proceso a través del cual poder
superar los modos y políticas del pasado para encontrar un camino nuevo en
todos los órdenes.
Sin
embargo la realidad es que el pueblo está sumido en un caos de ignorancia y empobrecimiento cultural, que percibe las
palabras, recomendaciones e incluso amenazas de curanderos, meigas y falsos patriarcas como dogmas de fé. También
se acepta con resignación los mandatos y exigencias del cacique. Se trata de una
sociedad que desconoce y olvida valores: honestidad, lealtad…para sobrellevar
mejor la miseria en la que está inmersa.
En su escena décimosegunda, el portavoz de Valle-Inclán, Max Estrella, hace las famosas afirmaciones de que "España es una deformación grotesca de la civilización europea" y que por lo tanto "el sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada".
Esta visión deformadora y degradante se logra en parte, como ya hemos dicho, privando a los personajes de cualquier dimensión de profundidad, comparándoles a animales, muñecos y fantoches, sorprendiéndoles y a menudo inmovilizándoles en posturas grotescas, negándose a admitir que pretendenn decir o hacer algo diferente de lo que de ellos oímos y vemos.
En Divinas palabras, Valle-Inclán hace una crítica de la realidad contemporánea, que procura degradar ya sea por un burtal tremendismo, ya insistiendo en los rasgos más cruelmente ridículos, cuando no apelando a ambos recursos (las novelas).
Divinas palabras, subtitulada Tragicomedia de aldea es una de las obras teatrales más conocidas de Ramón María del Valle-Inclán, que fue publicada en 1919. Supone la culminación del ciclo mítico, con una estética muy esperpéntica. En la obra hay referencias a situaciones crueles pero tratadas en tono de tragicomedia. Divinas palabraspertenece al
ciclo mítico del teatro valleinclanesco.Todas las obras de
este grupo se localizan en una Galicia mítica, en las que se presenta una
sociedad arcaica y conflictos basados en la soberbia y la lujuria. Romance de
lobos y Divinas palabras son dos ejemplos claros de este grupo. La obra transcurre en un ambiente
gallego y misterioso que muestra la decadencia de una sociedad arcaica y rural.
Valle-Inclán ha creado un mundo propio que posee una acción dramática muy
novelesca y complicada y por la que pululan gran cantidad de personajes. Así,
el mundo es como un gran teatro donde el maniqueísmo se manifiesta a través de
las acciones humanas. Además, observamos que determinadas fuerzas de índole
mágico hacen acto de presencia a través de efectos escenográficos. Estos
efectos eran en la época imposibles de representar con lo que la obra quedaba
muy deslucida, pues en el teatro de Valle-Inclán la acotación tiene tanta
importancia como el propio texto dramático. Aún hoy, muchos de los efectos
especiales que ideó Valle-Inclán (adelantándose varios decenios a su tiempo)
son completamente irrepresentables. Pérez Minik dice que ‘es difícil encontrar
en todo el teatro europeo de todos los tiempos una obra más desagradable, negra
y atrevida. Tiene algo de romance de ciego, mucho de escarnio y está como
instrumentada con música de feria’. Los personajes son
símbolos que remiten a impulsos muy elementales y primarios, tales como el
deseo, la ambición, el poder o la soberbia en una realidad social concreta y
los llevan hasta límites insospechados. Uno de los críticos más serios de
nuestro país, Ruiz Ramón añade a estos comentarios que ‘la condición de
irracionalidad propia de la crueldad [que está patente] a lo largo y ancho de
toda la obra se funde en la escena final con la condición igualmente irracional
de la piedad’. Como muy bien apunta Gozalo Sobejano, ‘en Divinas palabras, la
cronología es imprecisa [y] la temporalidad, discontinua. La época en que
sucede la acción de la tragicomedia apenas aparece aludida’. Además, el espacio
de tiempo que abarca la obra es muy extenso rompiendo la unidad de tiempo del
teatro clásico.Es una obra que ya apunta lo que veremos después en Luces de
Bohemia: la animalización y posterior ‘muñecalización’ del personaje en ese
camino hacia el esperpento, uno de los mayores hallazgos literarios del siglo
XX y una de las aportaciones de la Literatura Española a la Literatura
Universal. Hemos de estar orgullosos de ello.
Las adaptaciones cinematográficas de
Valle-Inclán han solido decepcionar al considerarse que el mundo mítico del
autor, su riqueza de lenguaje, sus evocaciones, su retrato de España a través
del esperpento, su furia política, son intraducibles en el naturalismo de la
narración cinematográfica clásica.
Fragmento de la obra representada en teatro, en el momento en el que emborrachan a Laureaniño hasta que muere.
.
Fragmento de la película, en el que Mari Gaila comete el adulterio.
Podríamos agrupar la obra de Valle-Inclán en dos etapas: la
modernista y la esperpéntica:
Etapa modernista.
El autor cultiva los tres grandes
géneros tradicionales: narrativa, lírica y teatro aunque con frecuencia no se
ajusta a lo perceptivo en cada uno de ellos. Su prosa tiene profundos rasgos
líricos, su teatro presenta descripciones y acotaciones propias de la novela,
etc.
La obra narrativa desde la colección
de cuentos Feminas (1985) hasta la
publicación de Sonata de otoño
(1902)- considerada desde el principio una obra maestra-supuso el despegue
definitivo del escritor gallego. Este éxito se vio confirmado con las tres
sonatas restantes.
La trilogía sobre la guerra carlista
(1908-1909) reafirma el reconocimiento de Valle Inclán como gran escritor si
bien la transformación de su prosa modernista hacia el esperpento se va
operando desde Los cruzados de la causa.
El resto de las obras de esta trilogía y el paso al esperpento narrativo será
ya total con Tirano Banderas (1926)
en la que hace una crítica feroz de una dictadura latinoamericana arquetípica y
la serie inconclusa de El ruedo ibérico
(1927-28), ciclo narrativo que da una visión grotesca de la reina Isabel II y
su “corte de los milagros”.
Valle publicó también cuentos y
relatos de horror y de misterio que reunió en libros como Jardín umbrío y un
ensayo de estética simbolista: La lámpara maravillosa (1916) que ocupó
el primer volumen de su Opera omnia.
En general, tanto las Sonatas como los
relatos se inscriben plenamente en la estética modernista. Como señala Fernández
Almagro “busca, dentro de la tradición castellana, ritmos nuevos, imágenes de
primera mano y palabras que sorprendan”. Se percibe “un gusto por lo exótico,
lo pintoresco y lo raro, lo exquisito, trabajado y suntuario, y, especialmente
en las Sonatas, es patente el influjo de D’Annunzio, Barbey d’Aureville y Eça
de Queiroz.
El decadentismo modernista alcanza su
plenitud en las Sonatas, Memorias amables del marqués de Bradomín en las que
juega un papel trascendental el erotismo decadente. Bradomín se autodefine
“sentimental” aunque la mayor parte de los críticos dudan de ello. Proliferan
los rasgos decadentes y los toques de perversión: asociación deleitable de
amor/muerte, satanismo/religión, esteticismo/sensualidad.
En general, en su prosa modernista
Valle busca el principio pamasiano “del arte por el arte” y practicar “el culto
simbolista de la alusión y de la sensación”. Hay una búsqueda continua de la
musicalidad al estilo de R. Darío y una huída consciente y continua del
realismo y el utilitarismo.
En 1904 se publicó: “Flor de santidad”
una bellísima novela precedida de un soneto de Antonio Machado. El escenario es
la Galicia rural, sus gentes supersticiosas que viven en una atmósfera
legendaria y mágica. Para Sender la novela será “una de las pocas obras
maestras que contarán en este siglo”.
Etapa esperpéntica.
La visión que tiene Valle de la España
de su tiempo es cada vez más sombría y negativa y el reflejo de esta visión
está en su obra pero el cambio que va del ambiente refinado y de lujosa
voluptuosidad de las Sonatas a la mascarada grotesca de El ruedo ibérico no se hace a través de una ruptura tajante y
brusca entre un estilo y otro sino gradualmente. Incluso en las Sonatas varios
críticos han sabido ver el germen del esperpento de lo legendario se mezcla con
la violencia, la crueldad y el lenguaje desgarrado. En esta obra se desarrolla
el bárbaro proceso de degeneración de un linaje.
También La pipa de Kif, libro de dieciocho poemas aparecido en 1919, es un
precendente claro. Salinas lo califica de “preludio en verso del esperpento”.
No debemos olvidar que el esperpento
no es producto totalmente aislado. Quevedo en El Buscón sustituye el plano de la realidad por otro deformado y a
finales del siglo XIX y principios del XX se extiende por tod Europa una
corriente de esperpentismo, factor esencial del arte expresionista.
El esperpento es una deformación
grotesca de la realidad con fines expresivos (“lo ha inventado Goya”), héroes
nacionales contemplados en espejos cóncavos distorsionados sistemáticamente.
El autor ante un mundo monstruoso y
absurdo opera de forma selectiva, desintegra los hechos y ofrece al público lo
que más le escandaliza y sobrecoge. Hace una crítica demoledora del orden
establecido y el esperpento es a la vez tragedia y farsa.
El propio
Valle expuso los nuevos conceptos estéticos en tres textos sobradamente
conocidos: Max Estrella (escena XII de Luces de Bohemia), Don Estrafalario en
el prólogo y epílogo de Los cuernos de Don Friolera y la célebre entrevista al
periodista Martínez Sierra aparecida en el diario inmisericorde. Sus criaturas
no están contempladas como en el teatro de los clásicos griegos como seres
superiores ni como en las obras de Shakespeare en plano de igualdad, el
superior es el autor que mueve a sus personajes como si fueran marionetas en
una postura “de superación del dolor y de la risa”.
Respecto a la cronología del
esperpento hay que señalar 1920 como un año decisivo. Aparecen cuatro obras del
autor: una tragicomedia de aldea, Divinas palabras,( a la que dedicamos
este blog) es un esperpento rural y que está considerada obra maestra del
teatro universal; dos farsas, Farsa de la enamorada del rey y Farsa y licencia
de la reina castiza, y un esperpento, Luces de bohemia. En esta obra Valle
transforma y deforma a sus criaturas al pasarlas por el tamiz del esperpento y
transmite una imagen monstruosa de la realidad española: instituciones,
burguesía, pueblo, nada ni nadie que tuviera alguna relevancia social se salva
de la crítica. No cae en la sensiblería ni en la moraleja.
La trayectoria dramatúrgica de Valle
Inclán no sigue un proceso lineal. Entre Los
cuernos de Don Friolera (1921), alegato antimilitarista, y La hija del capitán (1927) dos esperpentos
que constituyen Las galas del triunfo el titulado Martes de carnaval. Valle Inclán
escribió Cara de Plata
(1922) la última de sus Comedias bárbaras.
Durante estos mismos años veinte
compuso en la tradición granguiñolesca autos y melodramas para marionetas: Ligazón (1926), La rosa de papel y La cabeza
del Bautista (1924) que, junto con El
embrujado reunió en su Opera omnia con el título Retablo de la avaricia, la
lujuria y la muerte.
A continuación, incluímos una línea del tiempo con todas las obras del autor: